PARÍS, Montmartre y La Défense, el ultra moderno barrio financiero con sus rascacielos de oficinas.
La historia de un hombre solitario y anodino, cuya rutina cotidiana se ve alterada por un fortuito accidente, despertando el pasado y exacerbando el futuro.
Una novela policíaca diferente, una historia de amor, odio, codicia y asesinatos...
¿Hasta dónde se puede llegar por dinero?...
La lectura de esta historia se la tengo que agradecer a Lesincele, ya que lo gané en un sorteo de su blog, Leer es viajar, y también al autor que me lo envió dedicado. Muchas gracias a los dos.
Me ha parecido original, divertida y sobre todo muy entretenida. Ambientada en París, te sorprende desde el principio, cuando empezamos a conocer al protagonista, Henri Pichón. Es un informático que trabaja en un banco desde hace bastantes años, y del que de momento sabremos muy poco más, por un accidente que sufre. Y aunque esto no debería resultar gracioso, a mi me arrancó una buena carcajada. No sé si era a propósito, pero no pude evitarlo. O a lo mejor es que no lo esperaba.
Con nuestro breve recién estrenado protagonista fuera de servicio temporalmente, vas conociendo al resto de personajes que intervienen, y a través de los cuales se descubre una gran estafa, que incluye muchos millones.
Tanto dinero es muy goloso, por lo que la intriga por ver quién se queda con él te engancha enseguida. Empezando por el jefe de Henri, que es un explotador en toda regla, y que me arrancó de nuevo una sonrisa al indignarse por el accidente de su explotado.
El puntito romántico lo tendremos con Tash, la hija de su jefe, y su antiguo gran amor. El malo malísimo lo tenemos personificado en Jean Pierre, un personaje peculiar que también me ha hecho sonreir por absurdo unas cuantas veces.
En definitiva he disfrutado bastante con esta lectura, y la recomiendo por ser muy entretenida y perfecta para leer en una tarde.
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