Susan Clayton trabaja en la sección de pasatiempos y enigmas de una revista. Un día encuentra una nota anónima en el buzón de su casa, y descifra el mensaje oculto: "Te encontré." Un mensaje realmente inquietante, porque Estados Unidos vive en esos momentos una escalada de violencia y todo el mundo atesora armas para protegerse.
Solo una comunidad ha logrado sobreponerse a este mundo de inseguridad: a cambio de renunciar a algunos derechos y libertades, el Territorio del Oeste ofrece una zona protegida que aspira a convertirse en el estado número cincuenta y uno de la Unión.
Pero tal vez no sea tan fácil escapar al horror. Un agente del Servicio de Seguridad del nuevo territorio visita al hermano de Susan, un experto especializado en asesinos en serie, para requerir sus servicios. Una oleada de asesinatos está asolando la región. El principio de la cadena parece remontarse muchos años atrás, y puede que los Clayton tengan elementos para enfrentarse a él...
Un autor que recomiendo a los que os gusten las historias retorcidas, con mucha intriga y sobre todo con sorpresas.
Con juegos de ingenio te metes en un futuro donde la violencia se convierte en algo rutinario y normal. Violaciones, asesinatos o atracos están a la orden del día. Y la población lo asume de forma resignada.
¿Y cómo se intenta solucionar el tema?, pues muy fácil, creando un Estado, el Estado 51, en el que se restringe la entrada y la mayoría de los derechos, pero a cambio se garantiza la seguridad y la integridad física. Sí, como suponéis, el resto de Estados que se apañen como puedan.
El problema llega cuando hay un asesinato en el supuesto estado más seguro del mundo....
¿Y quienes son los protas de esta historia?.
Por supuesto tenemos al malo malísimo, que en este caso solo puede ser un asesino en serie muy cruel, (no podía ser de otra forma, los asesinatos son algo común, tenía que ser más retorcido). Está identificado, casi desde el principio, lo que me pareció aburrido, pero hace 25 años, así que no saben su aspecto, cómo se hace llamar, lo que hizo que me gustara más. En cuanto a los buenos, tenemos a Susan, trabaja en una revista, y se encarga de la sección de pasatiempos, con unos acertijos que yo he sido incapaz de adivinar. Ni uno, incluso tenía que releerlos cuando los aclaraba. Qué triste.
Vive con su madre, enferma de cáncer, y lleva la vida más o menos como puede, hasta que empieza a recibir unos mensajes en su casa, que la asustarán bastante.
El hermano de Susan, Jeffrey, es profesor universitario, ser universitario se ha convertido en deporte de riesgo, y ser profesor universitario en una diana andante. Especializado en mentes criminales, será "reclutado" para averiguar quién es el malo malísimo que está perturbando la vida del apacible Estado 51.
Mezclamos todo esto y ya tenemos el lío montado.
Esta es la historia que menos me ha gustado de las que he leído de Katzenbach. Me ha resultado un poco denso. Quizás demasiado descriptivo, sobre todo en temas que no tienen que ver con la historia principal. Y claro, una que sospecha hasta del apuntador, y no se fía mucho, ha leído hasta el último signo de puntuación. Aunque se supone que sabemos quién es el malo malísimo desde el principio, yo no me fiaba.
No es tan retorcido ni tan imprevisible como me tenía acostumbrada. Me gustó mucho más El psicoanalista, pero me ha hecho pasar un buen rato.