El Orden estaba establecido y las divinidades que surgieron del Caos debían mantenerlo. Pero ni siquiera los dioses estaban a salvo de la seducción del poder. Los dioses Primigenios cedieron el poder a la siguiente generación y Urano ocupó el trono. Sin embargo, el mal uso del poder que se le había concedido provocó que su propio hijo Crono, dios del tiempo, se lo arrebatara ayudado por la generación de los Titanes. Urano fue encerrado con sus seguidores en el Tártaro, el dantesco infierno griego, tras profetizar a Crono que él también sería traicionado por uno de sus hijos y perdería el cetro divino. Para evitar que su destino se cumpliera, Crono devoraba a sus hijos en el mismo momento en el que Cibeles, su esposa, los traía al mundo. Pero la diosa no pudo soportar aquel tormento y al nacer Zeus, el último de sus hijos, engañó a Crono entregándole una piedra envuelta en una manta. El dios del tiempo, perdido en su locura, no advirtió el engaño de Cibeles y devoró la piedra. Su hijo Zeus fue escondido en la isla de Creta y protegido por las sacerdotisas de Cibeles. Cuando tuvo edad para comprenderlo, Zeus conoció su historia y decidió rescatar a sus hermanos y terminar con el dominio delirante de su padre. Ayudado por Mantis consiguió que Crono bebiera una pócima que le hizo expulsar a todos sus hermanos, así como la piedra y la manta. Los dioses encerrados en el Tártaro fueron liberados y ayudaron a Zeus a derrotar a Crono y los suyos, y encerrarles en el infierno. A partir de aquel momento Zeus reina desde el Monte Olimpo y el Orden mantiene su equilibrio. Pero el descubrimiento fortuito de un santuario antiguo en Grecia, en la isla de Hydra, va a poner en peligro el Orden. Las puertas del Tártaro se han abierto y Crono ha sido liberado junto a los dioses que le apoyaron en sus guerras anteriores.
Muchas gracias a la autora por enviarme el ejemplar de su libro.
Hoy os traigo una historia de aventuras, ambientada en la época actual, pero con Dioses griegos cabreados y sus respectivos oráculos.
Me llama mucho la atención la mitología griega, pero reconozco que me
pierdo con los Dioses y sus historias. Con este libro he encontrado mi
salvación, ya que está todo tan bien explicado que resulta muy sencillo
retenerlas.
Las puertas del Tártaro se han abierto, dejando escapar a varios dioses cabreados. El más mosqueado es Crono, que perdió el trono del Olimpo gracias a su hijo menor, Zeus. Crono tenía la costumbre de devorar a sus hijos recién nacidos, intentando evitar así una profecía según la cual lo traicionarían, (como así fue finalmente).
A través de sus respectivos Oráculos, (humanos a través de los cuales se comunican), intentarán reestablecer el orden ante el caos que se desata, ya que Crono tiene tal sed de venganza que ni siquiera le importa destruir el mundo.
Los Oráculos son personas normales y corrientes, de distintas partes del mundo, a los que iremos conociendo a lo largo de las páginas, y de paso la historia y parentesco del Dios al que representan. Arqueólogos, surfistas, un relojero o estudiantes forman el elenco de oráculos, muchos de los cuales desconocen que lo son.
Es una historia de persecución y lucha del bien y del mal, que transcurre en varios escenarios, tanto terrenales como ...infernales. De hecho los que tienen que ver con el inframundo han sido los que más me han gustado, (sobre todo una escena con el lindo perrito Cancerbero).
En definitiva me ha parecido una historia muy amena y divertida, que he disfrutado bastante, y de la que no me importaría seguir leyendo más adelante algo más, ahora que ya conozco a los personajes.
Si os ha gustado podéis visitar la página de la autora para haceros con él. Además tiene un fantástico árbol genealógico con los Dioses, con lo que resulta mucho más sencillo seguir la lectura, (aunque yo lo vi al final).